No preguntes por qué escribo, pregunta que siento al hacerlo. Y te responderé: «Tranquilidad, aire, cielo y nubes. Frío y calor. Libertad, y el agua de mar que roza mi cara. Palabras...».
miércoles, 30 de noviembre de 2016
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Cada día, a cada minuto, se unen numerosas víctimas a la lista de esta gran pandemia que recorre el mundo entero. La que comienza controlándote, vigilando si sales o no de casa. La hora a la que llegas si le da por mirar el reloj cuando no contestas a sus mensajes amenazantes, ese vestido enseña demasiado, viviendo tu vida como si fuera la suya hasta el punto de llegar a sentirte dependiente de su presencia, de sus llamadas, de sus alarmas; y termina por asesinarte, porque tú te mueres por él y él por las ansias de acabar con tu amor propio. De obligarte a hacer aquellas cosas que siempre dijiste que nunca realizarías, sin excepciones, porque si haces todo lo contrario has dejado de quererle. Sentir lo mismo ya no está en tus planes, porque lo que te enamoró fue su poesía y la semana pasada utilizó la prosa para disculparse tras una pequeña pelea, con un no volverá a ocurrir que se veía venir para concluir, ¿no es cierto?
Al firmamento que cubre a España se le han sumado cuarenta estrellas este año, sin contar a las que quedaron en el olvido entre tanta noticia sin demasiada importancia. Otra muerte a manos de su pareja, es lo que dirían los medios de comunicación antes de hacerlo público. Para ellos es una pérdida más que hacer viral, pero quiero avisaros de que nos están asesinando. Y sigue contando.
Mujeres que no han logrado detener a los brazos que más tarde la dejarían sin aire. Esas caricias muy fuera de lo común, esa mano que se le va un día y otro también. El pretexto que siempre esperas al final de casa frase. Y esa misma noche vuelves a encontrarte con el móvil entre tus manos a punto de salvarte, pero no te ves capaz. Él no lo hará más, cambiará. El día que consiga pillarte desprevenida para robarte el alma dejará de hacerlo, y cambiará, de casa y de país si es necesario con tal de poder continuar con la siguiente de su repertorio.
Y esto, por las que aún tienen la oportunidad de interrumpir la historia que jamás tuvo que haber empezado. De mandarlo a paseo, de ser libre. Porque ya no es el hombre de tu vida, mucho menos el padre de tus hijos: porque el que bien te quiere no te cortará las alas. Te lo prometo.
martes, 11 de octubre de 2016
Crecer
domingo, 7 de agosto de 2016
Futuro
miércoles, 3 de agosto de 2016
Azul
domingo, 3 de julio de 2016
Fragmentos (Relato)
viernes, 13 de mayo de 2016
Cuatro de enero
Yo quisiera
Eres Arte
Universo particular
Martes
lunes, 25 de abril de 2016
Un día se siente como tres otoños
Soñando de más, siempre esperando a que se quedase más de la cuenta, sin pedírselo, sin la necesidad de mirarle a los ojos, con una caricia en los labios.
Dedicándole los versos rotos que arden en la yema de mis dedos, abrasando mi alma a una velocidad inimaginable. Y a pesar de las cenizas, permanece escuchándola aunque le recite hasta las tantas.
Quiero descubrir el enigma que esconde su piel, el misterio de sus ojos, y el por qué de su puño cerrado.
Quiero saber si existe la vida antes de la muerte a su lado. Porque sin él, como el proverbio chino, un día se siente como tres otoños.
jueves, 31 de marzo de 2016
Mujer
Para que te sientas orgullosa de ser mujer. Para que seas quien te de la gana de ser, pero sin dejar marchar la luz que hace de ti la persona que eres.
Para que te levantes todos los días con ganas de comerte el mundo. Para que no te afecten los comentarios que recibas. Para que los ignores. Para que los mandes a paseo.
Para que sepas que vales mucho más de lo que te imaginas. Para que te mires al espejo y te recuerdes a ti misma lo preciosa que eres y puedes llegar a ser. Para que te des cuenta que el hecho de no depilarte un día no te hace menos mujer. Para que los cánones no sean tu límite.
Para que sientas que puedes mostraste sin temor a que te juzguen. Para que sonrías y te olvides de todo aquello que no te gusta de ti.
Para que tengas el derecho de rechazar a quien te apetezca. Para poder entregarte a quien quieras, pero siendo tuya siempre.
Para que la mujer que hoy hay dentro de ti, sea más fuerte que nunca.
viernes, 4 de marzo de 2016
Carta a la tierra
Lo siento.
Sé que ha sido culpa mía. Sé que no eres la culpable de todo el dolor que estás sintiendo. Sé que todo el mundo debería sentirse a gusto en su hogar, y que tú lo único que quieres hacer es huir. Sé que eres una suicida que intenta sobrevivir. Sé que te queda poco tiempo, porque cada día que pasa es un día menos de vida. Sé que vivo en ti, que eres mi casa, que muchas veces recurro a ti cuando no puedo mantenerme en pie; sé que tú tampoco puedes más.
Sé, aunque me duela, que yo he sido la causante. Que por eso estás tan triste, tan lluviosa. Sé que sientes que no tienes a nadie que intente comprenderte, pero estoy aquí. Te observo desde mi ventana, puedo verte de la misma manera en la que tú puedes verme a mí. Ningún obstáculo, con los brazos abiertos, preparada para dar cobijo a todo aquel que llega desconcertado.
Mírate; mírame. No somos tan diferentes. Nuestros corazones laten al unísono. Escúchalos. Nuestras almas también desean lo mismo. Tienen sueños en común. Mis brazos están a tu espera.
Sé que probablemente no vuelvas a confiar en mí, pero te confieso que la culpabilidad no descansa.
Perdóname.
Tiempo
Debes dedicar más tiempo a tu interior. Pensar, que de no ser porque existes, no estarías preguntándote si tu existencia ocurre en vano al c...
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Esto es para ti. Para que te sientas orgullosa de ser mujer. Para que seas quien te de la gana de ser, pero sin dejar marchar la luz que ha...
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El arte debería colarse en tu alma de la misma manera en la que lo dejas libre. Dándote alas.
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Podrá o no la gente creer en nosotros, pero yo sí creo en ti. Porque te quiero sin necesidad de que lo devuelvas; te quiero para que te quie...