En tu barbilla: constelaciones.
En tu espalda: más.
En tus brazos: todavía.
Y en la oscuridad, las distingo.
Como quisiera ser
astronauta
para viajar
por tu cuerpo
[el espacio]
y conquistar
tus lunares.
No preguntes por qué escribo, pregunta que siento al hacerlo. Y te responderé: «Tranquilidad, aire, cielo y nubes. Frío y calor. Libertad, y el agua de mar que roza mi cara. Palabras...».
Debes dedicar más tiempo a tu interior. Pensar, que de no ser porque existes, no estarías preguntándote si tu existencia ocurre en vano al c...