domingo, 21 de diciembre de 2014

Para ser olvidados

Con un par de tabiques se destruyó.
Con un suspiro, se disolvió en el aire.
Y aquellas cenizas,
provocadas
o no:
fueron a parar al olvido.
¿Y qué es el olvido?, preguntas.
El olvido es todo aquello que no quiere ser recordado.
Como aquel escritor que nunca escribió.
Como aquel cantante que nunca cantó.
Como aquel que no arriesgó, y perdió.
Como aquellos que no quisieron ser, y no fueron.
Y luego está el escritor que escribió.
Y el cantante que cantó.
Y el que arriesgó y ganó.
Y los que quisieron ser, y fueron.
Y estamos nosotros,
o tú,
y yo.
Que si no hay palabras, el escritor las escribe.
Si no hay canciones, el cantante las canta.
Si no hay opciones que cambien la vida, tú las creas.
Si nadie quiere ser, yo quiero.


Quiero ser tu deseo de las once y once.
Que mientras estés tumbado con la vista en el cielo y la mente en blanco,
pienses en lo que todos elegirían y lo que solo tú buscarías.
En las estrellas, y en la luna.
Y en las nubes, que a veces las nublan.
Y en las lágrimas, que a veces nublan la vista.
Y en tu mirada, en la que yo me perdería.


Nada que perder

Desearía poder llevarte el desayuno a la cama
y despertarte a base de caricias
todos los días de mi vida. 
En el salón, 
pondría música
y más tarde no se sabría 
dónde termina tu boca
y comienza la mía. 
Te irás
y volveremos a encontrarnos
entre las sábanas de nuestra cama, 
para quererte hasta las entrañas: 
hasta lo más oscuro de tu ser, 
porque ya no tengo nada que perder. 
Si quiera la vida. 
Porque te la entregué ayer, 
te la entrego hoy, 
mañana
y siempre.



La espera

Esperó,
esperó
y esperó. 
Con 
su corazón
lleno
de ilusiones
trasnochadas.
Tiempo
que pudo
no haberse
perdido. 
Promesas
incumplidas.
Sueños,
que solo son 
sueños. 
Abrazos
que no se dieron, 
y un 
Siempre, 
que dejó
de serlo.



La chica soñadora

No le importó que la arena se colara por sus mangas,
ni que el mar le mojara los dedos de los pies.
Se hundió entre las olas cuando la ropa se quitó y nadó.
Nadó hasta el interior y se imaginó con una cola de sirena,
el pelo muy largo y conchas en vez de sujetador.
Volvió y a Ariel en la arena dibujó.
Contenta, por su obra de arte: se relajó.
Observó el atardecer y al Sol esconderse.
Más tarde, vio a la Luna aparecer con un conjunto de estrellas.
Señaló a unas cuantas de ellas, y se dijo a sí misma,
que algún día sería una estrella.
Una estrella que brille como el Sol,
y que cumpla deseos como las Fugaces.
Se imaginó vagar por el cielo,
siendo una luz que dirige a los marineros.
Soñó despierta con enamorarse de uno de ellos...
... y se preguntó,
si él también caería con ella.
Al vacío,
o a donde fuera.


Sueños

¿Y si nuestra verdadera realidad 
fuera aquella paralela 
distorsionada 
que contienen nuestros sueños?



Melancolía

Las calles siempre están llenas,
y a la misma vez vacías.


Eternidad

Esta noche las farolas no se encenderán,
ni las luciérnagas alumbrarán. 
La luna se esconderá por completo,
y no habrá estrellas que contar. 
Por la mañana no saldrá el sol,
ni los pajarillos cantarán. 
No cambiaremos de estación,
y estaremos atrapados en un mundo estancado. 
En la vida de las indiferencias,
no hay desigualdades.
Por eso todos c
                              a
                                 e
                                    m
                                        o
                                           s
al mismo compás,
sin nada que nos detenga:
porque aquí,
el tiempo deja de existir
y todo dura una eternidad.


Olvido

Yo soy yo,
tú eres tú
y cuando tú y yo nos encontremos:
tú serás yo,
yo seré tú
pero en uno.
Y si tú y yo no nos encontramos,
tú seguirás siendo tú
yo seguiré siendo yo
y todo seguirá igual
que antes después de imaginar.
Porque tú eres tú
y yo soy yo
pero ninguno existe
tú en mí
yo no en ti,
por eso desvanezco.


Corazón encogido

Hoy tengo el corazón encogido
impertinente, inexistente; frío como la nieve. 

Ya no siente, ya no llora; solamente espera.


Pero a veces se cansa de esperar, de las amistades, del amor, de la vida.. y es entonces cuando se deja ir y ya no espera nada, si quiera más allá de lo inimaginable.

Suele reclamar lo que fue o pudo ser en algún instante inigualable.

Contiene recuerdos memorables (otros no tantos) y a veces.. a veces quiere serlo todo, cuando no es nada en absoluto.

Hoy me apetece escribir letras para ti, y el día que ya no lo sean, serán letras en el aire dedicadas hacia mi; letras que forman cartas y cartas que forman memorias nunca enviadas a su destinatario. 

Hoy tengo el corazón encogido
impertinente, inexistente; de las noches en vela velando por ti.


Tiempo perdido

Y de repente todo se vuelve negro cuando te marchas, amargo, quizás como el café. O ácido como el limón cuando resbala sus débiles gotas calle abajo por mi garganta. 
Dejas un rastro de melancolía cuando dices adiós con todas las letras antes de darme un beso dulce, de chocolate.

Tengo ganas de gritarte que te quedes y vuelvas a meterte entre mis brazos antes de que sea demasiado tarde: pero hago callar mis súplicas y te dejo ir.

Más tarde regresas y me dejo querer hasta lo más hondo de mi ser, sin importarme nada.

Volvemos a la cama como dos jóvenes desesperados y me susurras con la voz cansada que me has echado de menos y te ruego que duermas aunque tu te niegas.

Dices que quieres recuperar el tiempo perdido.

Pero tiempo empleado para añorarte no es perdido.



Último aliento

Dicen que no hay nada más bello que observar los momentos pasar. Como se desviven el sol y la luna por tener un amor prohibido cada día y noche. Ver las estrellas fugaces pasearse por el espacio sideral y difuminarse cuando el deseo se es pedido. El vello erizarse cuando una ráfaga de brisa inocente se intenta colar por tus trapos. La hilera de nubes que se desliza por encima de tu cabeza a una velocidad ralentizada.
La rima de la poesía. El sabor que te queda en la lengua cuando se es leída. Disfruta de las cosas pequeñas que te da la vida.
El simple hecho de oírlas...
Dicen... voces.
¿Qué escuchas?
Palabras...


Tiempo

Debes dedicar más tiempo a tu interior. Pensar, que de no ser porque existes, no estarías preguntándote si tu existencia ocurre en vano al c...